domingo, 28 de octubre de 2012

These boots are made for walking

Utrecht 27/10/2012

Esa mañana del 25 de octubre era una mañana especial.
Sebastián se había levantado a la misma hora de siempre, había tomado su café leyendo las portadas de los periódicos más sensacionalistas del país y se había duchado escuchando música de los 80 como venía siendo habitual en su día a día.

Pero al ponerse delante del espejo para acabar de arreglarse, un sentimiento de tristeza, melancolía y nostalgia le había atravesado el cuerpo. El cumplir años no era una cosa que le apasionara, no era de esa clase de personas que disfruta con las celebraciones, grandes eventos o reuniones donde tener  que ser el centro de atención. 

Se había entristecido mucho al recordar que ya entraba en "la época de los 50". 

-Uff, 50- se dijo para si mismo, mientras observaba las pequeñas arrugas de los laterales de sus ojos.

En ese mismo momento una imagen le vino a la cabeza, recordaba los gloriosos años 80, donde aún tenía 20 años. 

En su imagen mental llevaba una chaqueta de cuero negra, unos pantalones pitillos, unas botas negras desabrochadas que le llegaban hasta la mitad de la tibia y un gorro ladeado que le deba un toque atrevido que sabía que volvía loca a más de una
...a muchas...menos a ella...

-Uff, Lucia- se dijo de nuevo para si mismo.

Lucia no era como las demás, ella era rebelde, revolucionaria, luchadora y muy muy sexy. Los hombres besaban el suelo por donde ella pasaba, pero a ella parecía que no le importaba ni lo más mínimo. Ella iba y venia...Barcelona, Paris, Japón...cambiado de trabajos como de camisetas, tintaba su pelo de colores fucsias, amarillos, verdes y azules pero siempre tenía una bonita sonrisa de niña dulce con la que alegrarte el día.

Lo último que recordaba de ella, era que se había ido a vivir a Madrid por trabajo y que allí había conocido a un chico finlandés con el que había tenido una niña que se llamaba Araceli...

Miró el reloj de muñeca que llevaba y se lavó corriendo los dientes...llegaba tarde a trabajar.


Antes de salir de casa, ya tenía 7 mensajes de texto de amigos y familiares que le habían recordado de una forma "cariñosa" que ya había entrado en una nueva fase de la vida, una fase sin retorno y en la que todo iba hacía abajo... TODO, TODO...

-Uff, que mal vamos a llevar eso verdad- miró hacia sus pantalones.

Uno de sus amigos, Luis, un poco más mayor que él, por lo tanto un "nativo cincuentón" le había enviado un mensaje muy divertido donde le adjuntaba una lista con todas las cosas que ya podía hacer al ingresar en el club de los "maduritos interesantes" (así le gusta catalogarse a Luis)

Entre las "cosas divertidas para los canosos experimentados" se encontraban algunas de las brillantes ideas como: tirarse en paracaidas, divorciarse otra vez, buscarse una amante 15 años más joven...un viaje Cuba...cambiar de trabajo o tatuarse Forever Young en uno de los biceps.

Sebastián se estaba haciendo más viejo por segundos...cada mensaje que recibía le quitaba un segundo más de vida.

Llegó a la oficina, se sentó en su despacho y comenzó a escribir un nuevo articulo que tituló:
¡¿Los gloriosos años 50?¡ ¡
¿Un antes o un después en nuestras vidas? ¿Se puede ser más joven a medida que se cumplen años?

Sebastián hizo un repaso a sus amigos que habían entrado en el famoso club y entre algunos vio hombres sexys que se cuidaban más que cuando tenían 20 años, vio lujosos coches, cremas 
anti-arrugas que en la época de su madre era impensable que las usaran los hombres, gimnasios con cuerpos esculpidos, fiestas, chicas jóvenes y esbeltas, vio ex-mujeres con odio por no hacerse cargo de los niños y se preguntó si para algunos hombres el cumplir 50 años suponía una lucha por la eterna juventud.

Entonces se acordó de Indiana Jones, en la película del Santo Grial. 
La búsqueda del cáliz sagrado para conseguir la inmortalidad...

Escribió: ¿Quién no quiso ser Indiana Jones y encontrar el santo grial que otorga la inmortalidad?

-Perdone-¿Sebastián?- Dijo una sonrisa dulce en la puerta de su despacho.
-Soy Adela, la nueva becaria, estoy acabando el Master de Periodismo multimedia y Roberto, me ha dicho que debo trabajar contigo durante mi periodo de prácticas-
-¿Me has dicho que te llamas Adela, verdad?- Por favor, tutéame, me haces parecer mucho más viejo de lo que soy, jaja- dijo Sebastián con una sonrisa de oreja a oreja.

Al ver a Adela en su puerta, rejuveneció 30 años de golpe, ella se parecía tanto a Lucia.
Esos ojos claros como el mar del caribe, con ese pelo corto negro azabache y  esas pequeñas mechas rojas que le daban un toque años 80, esa camiseta con el símbolo de la paz en el mismo color turquesa que sus ojos y esa sonrisa...

-Uff, Adela- se dijo para si mismo.

-¿Cuanto tiempo vas a estar de prácticas?- le preguntó.
-Unos 6 meses- dijo ella sin dejar de sonreir.
-Bien, muy bien- dijo él, sin dejar de mirarla.
-Bueno, voy a buscar mis cosas y me pongo, ¿aquí contigo?- dijo ella atravesándole el pensamiento con su mirada gatuna.
-Guau, que ojos tan impresionantes tienes- Se le escapó a Sebastián.
Ella se sonrojó y salió a buscar su material de trabajo.

Sebastián delante de su ordenador, estaba petrificado y con el corazón acelerado.

Borró su titulo anterior y planteó:
¡¿50 y con zapatillas?¡
¿Porqué al cumplir 50 años debemos de dejar de usar zapatillas? 
¿Porqué no dejar que ellas, jóvenes e incansables, sean las que nos lleven al cielo?


Dedicado a todas esas:
Almas libres, 
espíritus jóvenes,
mentes insaciables, 
...
que nunca dejarán de usar zapatillas.

Y para los que tienen sus zapatillas en el trastero...
...These boots are made for walking...






martes, 23 de octubre de 2012

El reflejo en el canal

Embarcadero que encontramos durante nuestro viaje en el barco de Floris 30/09/2012

Esa tarde de Otoño...
Jacinta y su abuela habían decidido pasarla en el embarcadero que tenían enfrente de su casa. 
La mayoría de los canales en Amsterdam, cuentan con pequeños embarcaderos de madera, donde turistas venidos de todas las partes del mundo, suben y  bajan de los múltiples barcos que ofrecen recorridos turísticos por la ciudad.

Este apeadero, no era de esa clase, éste era utilizado por los autóctonos de la ciudad. 

La abuela de la pequeña sabía que podían pasar la tarde allí, sin molestar a ninguno de sus vecinos.
Solo necesitaban sus pequeños taburetes, su cesta de muffins recién hechas y unas pequeñas mantas viejas que habían resguardado las piernas de Greta durante más de 50 años. 

Aún recordaba, como si fuera ayer, aquella noche que Martín, le había llevado a ese lugar mágico.
Habían conversado durante horas, escuchando la historias del otro sin perder ningún detalle, reído a carcajadas mientras comentaban los chismes del barrio y...sin darse cuenta...se habían enamorado.

Aquellos dos jóvenes holandeses, habían parado el tiempo de sus relojes, habían conseguido que por un instante la tierra no girara alrededor del sol y girara alrededor de ellos, dejando que cada segundo fuera mágico, eterno e irrepetible.

Martín prestaba tanta atención a las palabras de Greta, que parecía que tuviera en su cabeza una pequeña cámara super 8, con la cual poder filmar cada uno de los pequeños movimientos, gestos, sonrisas y miradas con las que Greta le deleitaba. 
Ella le miró tantas veces y con tanto detenimiento, que podría haber descrito cada milímetro de su rostro. Incluso podría haberlo dibujado con sus ojos vendados.

 Esperaron a que se hiciera de noche, y mientras Martín acariciaba el lacio pelo de Greta, apareció el reflejo, casi idéntico, de la luna en el agua del canal.

Él cogió su mano y mirándole a los ojos firmemente le dijo: - Greta, yo...o...o (tartamudeó) me siento como este canal que ansía que cada día desaparezca el sol más pronto, para que se pose la luna sobre sus aguas durante más tiempo.
Siempre que te veo pasar por delante de mi panadería o veo tu reflejo en el cristal de la vitrina, deseo que el mundo se pare y como el reflejo de la luna en el agua del canal, tu permanezcas a mi lado siempre...

-Abuela, abuela...¿me oyes? parece como si estuvieras en otra parte-
-Perdona cariño, pero acabo de recordar una de las historias más bonitas de mi vida.

Jacinta tenía 5 años y de todos sus hermanos ella era la que solía pasar muchas mas horas con su abuela, ella inventa historias fantásticas y por ello la adoraba.
Siempre que llamaban al timbre, Jacinta corría a la ventana para ver si de su abuela se trataba, ya que sabía que siempre tenía alguna aventura nueva que contarle. Cuando era así, la nieta bajaba las escaleras dando saltos de tres en tres escalones para salir a la calle gritando Omaaaaaa!!!! y saltando sobre sus brazos , ya cansados por la edad, le daba un beso sonoro que hacía reír a la abuela.

Greta adoraba esa exaltación de felicidad que siempre encontraba al entrar en casa de su hija. Prefería ir ella a visitarlos , solo por ver en los ojos de Jacinta, ese brillo intenso, que solo lo volvían a ver cuando la niña veía a San Nicolás llegando en su barco español el día 5 de diciembre.
Ese día Jacinta, no podía ni articular palabra...

Con su oma la pequeña niña se quedaba ensimismada como si no hubiera nadie más a su alrededor y preguntaba sin parar...

Pero esa tarde en el canal, como si de un adulto se tratara, Jacinta no preguntó nada, ya que pudo ver en los ojos llenos de lágrimas de su abuela... el reflejo de la luna.


Porque somos lo que somos...
...porque somos parte de esas personas que ya no están entre nosotros. 

Cada vez que no veamos la luna, recordemos que sus reflejos nos acompañan en cada momento de nuestra vida. 








miércoles, 17 de octubre de 2012

La caja de los sueños

365 Feelings...
                                 ...La vida es bella
Amsterdam: Hotel LLoyds. 29/09/2012. El guisante y la princesa


No creo que haya imagen mejor para definir  mis pensamientos en este momento...
365 Feelings en Amsterdam

Un nuevo feeling cada día,¿porqué?
!!Por que La vida es bella!!
Como en el cuento de fantasía, las personas constantemente encontramos guisantes, que nos impiden concilar el sueño. 
Bajo nuestros colchones descansan diferentes tipos de guisantes, que suelen "desvelarnos" durante minutos, horas...e incluso toda una noche de verano.

Algunos nos dejan intranquilos porque nos recuerdan nuestras preocupaciones, otros nos permiten recordar lo afortunados que somos, otros nos alegran recordando situaciones divertidas de nuestra vida, otros generan ansiedades o avivan nuestros miedos, pero TODOS tenemos nuestro guisante favorito.

El mío me ayuda a practicar uno de mis deportes preferidos..."soñar despierta"
Os recomiendo que lo busqueis entre vuestras sábanas...estoy segurísima que está.

Una noche de verano, mi guisante favorito, comenzó a dar saltos en la cama, dando rienda suelta a mi imaginación. 
Ésta, voló y voló hasta una ciudad encantada, Amsterdam.
Durante unos momentos vi sus canales, sus edificios sutilmente ladeados, sus puentes mágicos, sus bicicletas apoyadas en cada esquina , sus farolas de luces cálidas...y aquella caja.

Estaba allí, bajo aquella haya, apoyada en el banco de madera húmeda y deteriorada por las gotas de lluvia que dejan caer las nubes holandesas.

En la tapa habían unas letras escritas, que en su momento no pude descifrar.  
La caja me tenía embelesada, intrigada y como si de un imán se tratara, magnetizada. No podía dejar de mirarla, sentía que debía abrirla, pero a la vez me aterraba lo que podía encontrar dentro, como si fueran a salir los mil males de la caja de Pandora.

Poco a poco la fui destapando, como si el mayor tesoro del mundo se hallara dentro.
Para mi sorpresa no encontré nada en su interior, la caja estaba vacía...
...al instante oí un susurro en mi interior...
El verdadero secreto es que entiendas que no está vacía...

En ese momento descifré la palabra que no había podido leer en la tapa: Eureka.
Como cuando Arquímedes descubrió la propiedad de la densidad... yo también exclamé Eureka. 

Había entendido el verdadero mensaje...
Cada uno tenemos nuestra propia caja de descubrimientos. 
Lo importante es saber, que no importa el tamaño que tenga nuestra caja...
debemos llenarla de experiencias, vivencias, emociones, momentos compartidos con nuestras familias, amigos, parejas...
Todas estas pequeñas joyas que vamos almacenando, son invisibles para nuestros ojos, intangibles para nuestras manos, no tienen un olor, sabor, ni sonido que se pueda apreciar en este mismo momento. 
Pero cuando las recordamos, ya que podemos hacerlo tantas veces como queramos, podríamos revivir la sensación de bienestar que sentimos en ese mismo instante.

Los feelings que vamos viviendo son los verdaderos tesoros de la vida...por ello destapemos nuestra caja Eureka y llenémosla de sueños.

En algunos momentos de nuestra vida, cerramos esta pequeña cajita y nos olvidamos de VIVIR.
Por ello, tras experimentar este "sueño" mágico, tomé la decisión de exprimir cada día que pase, ahora en Amsterdam, mañana en Valencia...y hacer que mi caja, cada día sea mucho más grande.

Quiero compartir con todos vosotros las historias que van a ir llenarlo aún más, mi cajita Eureka.


Un beso a todos.
Hay muchas personas que también creen en que cada día encontramos algo nuevo que podemos compartir con los demás, para todas ellas que ocupan un hueco muy importante en mi caja de los feelings, va dedicada esta mini historia.

...Eureka...365 feelings...Un feeling Un tesoro...